Ser conscientes es, el “acto de darse cuenta de las cosas que ocurren dentro y fuera de nosotros, momento a momento, a medida que van aconteciendo, sean agradables, desagradables o neutras”. Hay que aprender a vivirlo todo, a “habitarlo” todo, porque ahí está el aprendizaje y la sabiduría de la vida. Es la única manera de poder vivirla, de poder de disfrutarla.
Nos dicen los estudios que nos encontramos en el momento de mayor desconexión de la historia y esto no ha hecho más que empezar. Sin que nos demos cuenta, la mente y la tecnología, con tanta información y tantos estímulos, nos sacan una y otra vez del presente, unas veces por aburrimiento, otras veces porque no nos gusta nuestro presente y muchas veces porque ya no sabemos volver a él. Estar con el piloto automático puesto o distraídos se ha convertido en un HÁBITO y sabemos que es en esos momentos de desconexión cuando más infelices somos. Damos por sentada la vida, la familia, el trabajo, los amigos,….a nosotros, subestimamos el presente y es lo más valioso que tenemos.
Aprender a despertar la conciencia que somos, es ya una prioridad y una de las herramientas que tenemos a nuestro alcance para desarrollar la conciencia es la meditación basada en la atención plena o Mindfulness.
La meditación en sí, no deja de ser un entrenamiento de la atención, que es el aspecto dinámico de la conciencia. Si no prestamos atención, no podemos ser conscientes.
Prestar atención debería ser tan natural como respirar pero nunca nos han enseñado, sabemos memorizar, sabemos resolver problemas, pero no sabemos atender cuando lo necesitamos. La atención es como un músculo y hay que ejercitarla. Tenemos dos tipos de prácticas:
- Práctica formal o meditación: se practica en quietud, sentados o tumbados, atendiendo a la respiración y al cuerpo como base, pero también a los sentidos, emociones y pensamientos.
- Práctica informal: convertir rutinas de nuestro día a día en “rituales de atención plena”, atendiendo al cuerpo ya las sensaciones en el cuerpo.
Trabajar la atención plena desde la meditación es convertirnos en exploradores, es sentarnos a ver qué hay, con curiosidad, con amabilidad, sin juzgar… si quieres saber cómo estás, siéntate y observa, si quieres saber cómo va tu vida, siéntate y observa… el problema es que nunca paramos. Nos hemos vuelto adictos a la velocidad y a estar ocupados y nos está pasando factura. Cada vez hay más ansiedad, más estrés, depresión, nos sentimos insatisfechos, inadecuados y muchas veces solos.
Os invito a despertar y aprender a cultivar el arte de estar presentes porque es el mejor regalo que podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás.
“Amar, es sobre todo estar presente. Si no estás presente, ¿cómo puedes amar? Estar presente es todo un arte, el arte de la meditación, porque meditar es estar presente a cada momento. Pero la pregunta que surge es: ¿tengo tiempo para amar? “ Thich Nhat Hanh