El mundo ha cambiado en apenas un mes. No acertábamos a imaginar que nuestras vidas se llenarían de nuevas incógnitas, que se produciría una pandemia global que paralizaría nuestras vidas, modificaría la forma de relacionarnos, cambiaría la programación de casi todo lo que hacemos, ralentizaría la economía, distorsionaría la comunicación…
Hemos perdido la posibilidad de abrazarnos, de sentir a los demás, de desarrollar algo tan necesario para nuestra especie como relacionarnos socialmente, tal y como lo hacíamos hasta hace apenas 45 días, dando paso casi exclusivamente a la digitalización.
Sin embargo, a pesar del desánimo general, entre tanto caos, riesgo sanitario, pérdida de amigos y familiares, disminución de nuestras libertades, problemas económicos, incertidumbre por el futuro, etc., tenemos una nueva oportunidad de mejorar, de ser más empáticos, solidarios, asertivos, compasivos; en definitiva, es un momento crucial para desarrollar nuestra marca personal, conocer mejor nuestros rasgos, nuestra personalidad, equilibrar nuestras emociones y poner el foco en el lugar adecuado, siendo más conscientes, dejando salir a la luz lo que nos limita, aceptándonos y entendiendo mejor a los demás. Siendo críticos y constructivos. Juntos podemos construir un futuro mejor, más equilibrado, menos dominado por la rabia y los egos.
Nuestra marca personal puede ayudarnos a crear un espacio propio, dentro de las organizaciones, teniendo en cuenta el nuevo paradigma profesional.
El mundo empresarial está inmerso en un vertiginoso proceso de transformación, acelerado aún más si cabe por esta pandemia. Hay una crisis sin precedentes en las dos o tres últimas generaciones y está cambiando el modelo. Por ello, es necesario tener claro cuales son las actuales reglas del juego, tanto como empleado como emprendedor.
El profesional que más se desarrolle desde ahora, conocerá y reunirá las condiciones necesarias para trabajar con las exigencias que demandan el futuro cercano, y será por ello el más demandado por las empresas.
Hablamos de un mundo donde la responsabilidad social corporativa, las certificaciones de calidad, de sostenibilidad medioambiental y económica, las adscripciones a las ODS de la ONU y otros ejemplos que garantizan la ética empresarial y social, son los mayoritariamente aceptados por la sociedad.
En ese ámbito, hablaremos del nuevo paradigma profesional y debatiremos acerca de nuestras expectativas y capacidades, así como del papel que estamos dispuestos a desarrollar en el ámbito profesional.
Os esperamos.