Estamos viviendo en este siglo el culto a la velocidad y la información. Nos hemos hecho adictos a la vida rápida y ocupada y con la tecnología todo ha empeorado.
En un momento histórico en que todo va muy deprisa, en el que es fácil que las cosas pierdan sentido y que la gente pierda el sentido de su vida, la conciencia plena o mindfulness puede ayudar a recuperar esa sensación de calma, de capacidad de decisión, una herramienta sencilla para salir del piloto automático, para disfrutar más del presente, en definitiva, para ser más felices.
Debemos aprender a cultivar “la quietud mental”, no importa si nos estamos moviendo de aquí para allá o si estamos quietos haciendo algo, nuestra mente puede estar tranquila y relajada de cualquier forma, atendiendo de forma sostenida y amable a lo que tengamos entre manos, una conversación, una comida, un problema que resolver, un sitio a donde ir.
Cuando tenemos control sobre la atención, podemos utilizarla para calmarnos incluso en medio de una situación caótica.
En este taller aprenderemos prácticas formales e informales de MEDITACIÓN y con ellas a:
- Desconectar el piloto automático.
- Aquietar la mente para ver con claridad.
- Aumentar la conciencia en nuestras vidas.
- Descubrir, a través de la metacognición, la conexión pensamiento, emoción y conducta.
- Desidentificarnos y no dejarnos arrastrar por hábitos mentales y emocionales adquiridos.
- Generar emociones positivas, como la amabilidad, la gratitud y la alegría.
Descubriremos que Mindfulness es más que un entrenamiento de la atención, lo bonito y sanador de esta práctica es que nos enseña a conocernos, comprendernos y querernos como somos y desde ahí abrirnos a la vida y a los demás, a descubrir la belleza en lo cotidiano, en “el ser”, más que en “el hacer”.
Como decía Daniel Goleman, “Mindfulness es una fascinante mezcla de enseñanzas prácticas, comprensión psicológica y sabiduría perenne».